Mañana 366

Tú: paradigma de mi vida.

Perfilando cada noche y cada día.

Contradiciendo mi ego y mis fronteras.

Desdibujando cada silueta de mis ojos

y dejando entrar la luz que brilla ahora en mis pupilas.

Comprando sonrisas con sonrisas,

besos con besos

y amor con mentiras.

Guiando cada paso y cada huella.

Sembrando sueños en mi mente.

Concretando irrealidades.

Deteniendo el tiempo en el futuro

y eliminando los vestigios de pasado.

Decantando las lágrimas y poniéndolas a un lado,

dejando sólo las miradas y las risas,

sus miradas, y mis risas.

Supliendo con quimeras la ausencia de recuerdos.

Construyendo afectos en el aire.

Fortaleciendo soledades esteparias

detrás del telón de lo que se hace llamar amor,

en aras de disimular las ausencias de aquellos dos pares de labios.

Sin constancia, sin un tiempo,

simplemente haciendo lo que el momento precise

y transitando por el sendero cuyo camino sea más viable,

pero todo con una consecuencia: que para el final,

de todo aquello, no quedara nada.

Y en todo el contexto imaginario

de una relación sin fundamento,

las contradicciones sustentan las memorias,

y hoy, a un 365 de el primero.

Reconsidero el retornar a ese pasado.